Una visita en la noche
Nos da miedo lo que no vemos porque es entre las sombras
donde se esconden nuestras peores pesadillas... ¿Apagamos la luz? Nos acabábamos
de mudar a una casa súper vieja. A mi madre le encantaban las casas antiguas, cuantas
más viejas mejor porque así podía pasar más tiempo reformándolas. Yo no tengo
sus mismos gustos y esa noche estaba muerta de miedo......
Las persianas no hacían más que golpear contra los cristales
haciendo un ruido como si alguien arañase el cristal, como si alguien al otro
lado queriendo entrar. "Venga duerme, duerme", me repetía todo el
rato, pero no había manera, ¿por qué estas casas viejas tienen que ser tan
oscuras? Me daba miedo estar sin ninguna luz así que alargué la mano para
encender la lámpara de la mesilla, pero no funcionó. Le volví a dar al botón
pero nada, ¡menuda noche para que fundiera la bombilla! Me levanté de la cama
decidida a dormir con la luz del cuarto encendida. Como no me conocía bien la
habitación, me puse a recorrer en cuarto con una mano en la pared.
Cuando llevaba unos pasos, choqué contra algo. Lo toqué con
miedo y descubrí que ¡era un chico! Me quedé paralizada por el miedo. Él se
aprovechó de que estaba así y se acercó a mí. Sus dedos fríos me pusieron la
piel de gallina cuando me apartó el pelo para susurrarme al oído: "Esta
casa es mía, ¡sal de aquí si no quieres que te pase lo mismo que a mí!" No
necesité que me dijera nada más. Salí corriendo al salón, ahí estaba mi madre
muerta de miedo.
¿Tú también lo has visto?, le pregunté. Ella asintió
mirándome a los ojos. Al día siguiente nos fuimos de esa casa. Unos meses más
tarde, haciendo un trabajo de historia, encontré una foto de mi antigua casa
junto a una noticia que decía: Aparece un joven muerto en extrañas
circunstancias. En la foto aparecía un chico con cara triste. Me quedé
mirándole un rato. Nunca podré olvidar su cara, la cara del fantasma que me habló
aquella noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario